Tuesday, February 15, 2011

vida-esta

Cómico 1º
No dudaré que el corazón te dicta lo que aseguras hoy: fácil creemos cumplir lo prometido y fácilmente se quebranta y se olvida. Los deseos del hombre a la memoria están sumisos, que nace activa y desfallece presto. Así pende del ramo acerbo el fruto, y así maduro, sin impulso ajeno, se desprende después. Difícilmente nos acordamos de llevar a efecto promesas hechas a nosotros mismos, que al cesar la pasión cesa el empeño. Cuando de la aflicción y la alegría se moderan los ímpetus violentos, con ellos se disipan las ideas a que dieron lugar, y el más ligero acaso, los placeres en afanes muda tal vez, y en risa los lamentos. Amor, como la suerte, es inconstante: que en este mundo al fin nada hay eterno, y aun se ignora si él manda a la fortuna o si ésta del amor cede del imperio. Si el poderoso del lugar sublime se precipita, le abandonan luego cuantos gozaron su favor; si el pobre sube a prosperidad, los que le fueron más enemigos su amistad procuran (y el amor sigue a la fortuna en esto) que nunca al venturoso amigos faltan, ni al pobre desengaños y desprecios. Por diferente senda se encaminan los destinos del hombre y sus afectos, y sólo en él la voluntad es libre; mas no la ejecución, y así el suceso nuestros designios todos desvanece. Tú me prometes no rendir a nuevo yugo tu libertad... Esas ideas, ¡ay!, morirán cuando me vieres muerto.
Cómico 2º
Luces me niegue el sol, frutos la tierra, sin descanso y placer viva muriendo, desesperada y en prisión oscura su mesa envidie al eremita austero; cuantas penas el ánimo entristecen, todas turben al fin de mis deseos y los destruyan, ni quietud encuentre en parte alguna con afán eterno; si ya difunto mi primer esposo, segundas bodas pérfida celebro.
Hamlet
Si ella no cumpliese lo que promete...